Para hacer converger los haces de luz de cada uno de los láseres participantes en la calibración de frecuencia se dispone de un arreglo de elementos ópticos.
Esto es con la intención que tanto el haz del láser de referencia como el haz del láser a calibrar lleguen a un mismo punto y se pueda producir el fenómeno óptico conocido como batido de frecuencias.
Al llegar los haces de luz al mismo punto, como tienen frecuencias de emisión muy cercanas, se genera una frecuencia de pulsación, esta frecuencia de pulsación contiene la información de la diferencias de frecuencias entre los haces.
La frecuencia de pulsación se captura en el mismo arreglo óptico con un fotodiodo de avalancha, el cual nos permite convertirlo a una señal eléctrica, que después es presentada visualmente en un analizar de espectros y medida en contador de frecuencia.